Somniferos riesgos
Tomar somníferos aumenta el riesgo de fracturas en los mayores

Los somníferos o pastillas para dormir recetadas sobre todo a las
personas mayores para poder dormir, suelen tener efectos secundarios. Entre los efectos secundarios más adversos están las caídas, que pueden provocarles fracturas, con consecuencias graves.
Somníferos en Personas Mayores: Riesgos y Alternativas para un Sueño Saludable
El insomnio y los problemas de sueño son comunes en personas mayores debido a factores como el envejecimiento natural, cambios hormonales, y el impacto de enfermedades crónicas o medicamentos. Aunque el uso de somníferos o medicamentos para dormir puede ser una solución rápida, su consumo en personas mayores implica riesgos importantes para la salud. En este artículo, analizaremos los efectos secundarios y riesgos asociados al uso de somníferos en personas mayores, así como las alternativas recomendadas para lograr un descanso saludable sin comprometer su bienestar.
Efectos Secundarios de los Somníferos en Personas Mayores
Los somníferos pueden tener efectos secundarios en personas de cualquier edad, pero las personas mayores son especialmente vulnerables a experimentar reacciones adversas debido a su metabolismo más lento y a una mayor sensibilidad a los medicamentos. Algunos de los efectos secundarios más comunes incluyen:
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Somnolencia Diurna: Los somníferos pueden causar somnolencia prolongada que se extiende hasta el día siguiente, lo que afecta la capacidad de concentración y aumenta el riesgo de accidentes domésticos o caídas.
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Problemas Cognitivos: Los somníferos, especialmente las benzodiacepinas, pueden afectar la memoria y la función cognitiva en personas mayores. Esto puede aumentar el riesgo de desarrollar problemas de memoria o incluso demencia a largo plazo.
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Dependencia y Tolerancia: Algunos tipos de somníferos, como las benzodiacepinas, pueden generar dependencia, lo que significa que el cuerpo comienza a necesitar dosis más altas para lograr el mismo efecto. Esto puede llevar a una adicción y a dificultades para dormir sin el medicamento.
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Mayor Riesgo de Caídas y Fracturas: La somnolencia y la inestabilidad causadas por los somníferos incrementan significativamente el riesgo de caídas, especialmente durante la noche, lo que puede resultar en fracturas y otras lesiones graves, como fracturas de cadera. Parece ser que el vínculo entre los somníferos y las fracturas está en que los fármacos los adormecen durante el día. Los ancianos adormecidos por los medicamentos tienden a perder reflejos y capacidad de movimiento lo que les provoca las caídas.
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Interacción con Otros Medicamentos: Las personas mayores suelen estar bajo tratamientos para otras condiciones de salud, como hipertensión, diabetes, o enfermedades cardíacas. Algunos somníferos pueden interactuar negativamente con otros medicamentos, alterando su efectividad o aumentando sus efectos adversos.
Riesgos Específicos de los Somníferos Más Comunes
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Benzodiacepinas: Este tipo de somnífero es uno de los más recetados y actúa rápidamente para inducir el sueño, pero también es uno de los que conlleva más riesgos en personas mayores. La tolerancia y dependencia suelen desarrollarse rápidamente, y su uso prolongado está asociado con deterioro cognitivo y demencia.
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Fármacos Z (Zolpidem, Zopiclona): Los medicamentos como el zolpidem o la zopiclona, conocidos como “fármacos Z”, también se recetan para tratar el insomnio. Aunque presentan un menor riesgo de dependencia en comparación con las benzodiacepinas, no están exentos de riesgos, como la somnolencia diurna y el aumento de caídas.
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Antihistamínicos: A veces, los antihistamínicos de primera generación, como la difenhidramina, se utilizan como solución para el insomnio, pero en personas mayores pueden provocar confusión, sequedad en la boca y retención urinaria, además de somnolencia diurna.
Alternativas Naturales y Terapias No Farmacológicas
Debido a los riesgos asociados con los somníferos, los expertos en salud recomiendan que las personas mayores consideren alternativas para mejorar la calidad del sueño. Las terapias no farmacológicas y los cambios en el estilo de vida pueden ser efectivos y seguros para fomentar un sueño más saludable. Algunas opciones incluyen:
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Terapia Cognitivo-Conductual para el Insomnio (TCC-I): La TCC-I es una terapia eficaz que ayuda a modificar patrones de pensamiento y comportamientos que afectan el sueño. Ha demostrado ser una alternativa segura para las personas mayores, ya que reduce el insomnio de manera significativa y a largo plazo sin necesidad de medicamentos.
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Establecimiento de una Rutina de Sueño: Mantener horarios regulares para dormir y despertarse, incluso los fines de semana, ayuda a regular el reloj biológico. Además, evitar siestas largas durante el día puede contribuir a un mejor descanso nocturno.
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Ambiente de Sueño Propicio: Crear un ambiente adecuado para el sueño es fundamental. Un dormitorio oscuro, fresco y silencioso ayuda a inducir el sueño, mientras que la eliminación de dispositivos electrónicos, que emiten luz azul, es esencial para reducir la estimulación antes de dormir.
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Ejercicio Regular: La actividad física moderada, especialmente durante la mañana o la tarde, ayuda a mejorar la calidad del sueño. Sin embargo, es importante evitar el ejercicio vigoroso al menos dos horas antes de acostarse, ya que puede tener un efecto estimulante.
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Practicar Técnicas de Relajación: La meditación, la respiración profunda y otras técnicas de relajación ayudan a reducir la ansiedad y el estrés, factores comunes que interfieren con el sueño. Estas prácticas, realizadas de manera regular, pueden ser una excelente alternativa a los somníferos para mejorar el descanso.
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Alimentación y Hábitos Saludables: Evitar el consumo de cafeína y alcohol en la tarde y la noche, así como evitar cenas copiosas, puede contribuir a un sueño más profundo y reparador. Mantener una dieta equilibrada también favorece el bienestar general y, por tanto, un mejor descanso.
Recomendaciones para el Uso Responsable de Somníferos en Personas Mayores
En casos en los que el insomnio es crónico o grave, el uso de somníferos puede ser considerado bajo la supervisión estricta de un profesional de la salud. Algunas recomendaciones son:
- Uso a Corto Plazo: Los somníferos deben usarse solo por periodos limitados, evitando la dependencia y los efectos adversos a largo plazo.
- Supervisión Médica Regular: Los médicos deben evaluar periódicamente la necesidad del medicamento y ajustarlo en función de la evolución del paciente.
- Dosis Baja y Ajustada: Para personas mayores, es preferible comenzar con dosis más bajas y ajustar según la respuesta del paciente.
Uso de somniferos en las Residencias de mayoresEn las
residencias de mayores en España, el uso de somníferos para tratar el insomnio o los trastornos del sueño requiere una atención y supervisión especiales debido a los efectos secundarios y riesgos que estos fármacos representan para las personas de edad avanzada. En estos centros,
el personal médico evalúa cuidadosamente el historial de cada residente antes de prescribir somníferos, y siempre prioriza métodos no farmacológicos para fomentar el sueño, como la creación de rutinas de descanso, técnicas de relajación y actividades físicas suaves durante el día. Esta estrategia permite minimizar el riesgo de caídas, confusión, y otros efectos adversos, asegurando un entorno seguro y saludable para los residentes mientras se respeta la calidad de su sueño y bienestar general.
Conclusión
El uso de somníferos en personas mayores debe abordarse con cautela debido a los riesgos que estos medicamentos conllevan. La dependencia, el deterioro cognitivo, y los accidentes como caídas son solo algunos de los problemas que pueden surgir con el uso prolongado. Las alternativas naturales y las terapias no farmacológicas ofrecen soluciones seguras y efectivas para mejorar el descanso en personas mayores sin los efectos secundarios que presentan los somníferos. Consultar con un profesional de la salud y optar por estas opciones es clave para garantizar un sueño reparador y mejorar la calidad de vida en la tercera edad.
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